sábado, 15 de octubre de 2011

Ensalada de naranja y crujiente de queso



Ingredientes:

Lechuga variada
2 naranjas
6 ciruelas secas sin hueso
taquitos de bacon (opcional)
queso emmental rallado
queso parmesano rallado


sal
vinagre
2 cucharadas de miel (o más si sois golosos)
aceite virgen extra


Poner el horno a precalentar a unos 170 º. Empezamos cortando la lechuga y poniéndola a remojo en agua bien fría. Mientras tanto, ponemos sobre una lámina de papel de horno o de papel de aluminio el queso rallado emmental,  formando unas tiras de dos dedos de ancho y unos 15 cm de largo, y las espolvoreamos con parmesano. Metemos la bandeja en el horno a media altura hasta que el queso esté fundido. Luego, la pondremos arriba para que se gratine, hasta que estén doradas, pero cuidando de que no se tuesten o el queso amargaría. Si vamos a añadir el bacon, podemos meterlo en el horno en algún recipiente antiadherente o cazuelita de barro para que se haga en su propia grasa. Debe quedar crujiente, pero no muy tostado, para que sea jugoso.

Mientras está todo en el horno cortamos las ciruelas en 4 partes; pelamos 1 naranja (sin que quede nada blanco) y la cortamos a trozos pequeños y exprimimos la otra. Con el zumo preparamos la vinagreta: diluimos dos cucharadas soperas de miel en el zumo y le añadimos vinagre de módena al gusto y aceite.

Retiramos el queso y el bacon del horno y ya  podemos emplatar: escurrimos la lechuga y la salamos ligeramente. La colocamos en el fondo del plato y repartimos los trozos de ciruela y de naranja. Añadimos el bacon y la aliñamos con la vinagreta. Por último colocamos los crujientes de queso decorando el plato, el cómo dependerá del plato y de vuestro gusto.

¡Que aproveche!

viernes, 27 de mayo de 2011

Quiche de gambas y ajos tiernos


1 manojo de ajos tiernos
3 puñados de gambas congeladas
3 huevos
1 brick pequeño de nata líquida
sal
aceite de oliva
pimienta blanca
1 placa de pasta brisa
papel de hornear

Esta receta es muy fácil, y dependiendo de las porciones puede ser un estupendo segundo plato o sirviendo porciones pequeñitas lo podéis utilizar como entrante para cualquier menú seguido de un plato de pescado o marisco.
Para los inexpertos os sugiero comprar la pasta brisa en el supermercado, que es muy económica. Los que tengáis más práctica en la cocina podéis hacerla vosotros mismos, que es muy fácil.

Para empezar tenemos que precalentar el horno a la temperatura que os indique el paquete de la pasta brisa y descongelamos las gambas. Los que no tengáis microondas lo podéis hacer sumergiéndolas dentro de la bolsa en agua caliente un par de minutos.
Mientras se calienta el horno, pelamos los ajos tiernos -quitándoles la primera capa- y los lavamos un poco. Seguidamente los cortamos a trocitos de 1 cm y los ponemos a dorar a fuego suave en una sartén con un poco de aceite de oliva ( con una cucharada de aceite es suficiente). Cuando veamos que empiezan a estar dorados y al apretarlos con la espátula ya no están "crujientes" añadimos las gambas, que habremos dejado escurrir y habremos secado con papel de cocina o un paño completamente seco y limpio.
Las gambas sólo deben dorarse, después todo se acabará de cocer en el horno.

Ponemos el papel de horno en el molde que vayamos a utilizar y extendemos la masa por encima, ajustándola bien y presionando los laterales con los dedos. Recortamos la masa sobrante, pinchamos el fondo repetidamente con un tenedor, cubrimos con papel de aluminio o de horno y la introducimos en el horno. A los 8 minutos retiramos el papel y dejamos que se dore un poco.

Batimos en un bol los tres huevos y la nata, añadimos los ajos tiernos y las gambas y sal-pimentamos. Si no tenéis pimienta blanca podéis usar negra, pero la blanca es más suave y se lleva mejor con los pescados y mariscos.

Con cuidado, sacamos el molde del horno y rellenamos con la mezcla. Lo volvemos a introducir en el horno por 15 min a unos 160 º. Estos tiempos son orientativos, depende del horno y del tamaño de los huevos (generalmente uso medianos), el truco está en pincharlo con un palillo, y si sale limpio ya está hecho.
Os recomiendo esperar unos minutos para desmoldarlo y que lo saquéis tirando del papel de horno.

Si lo vais a usar como segundo plato yo lo suelo acompañar de unas hojas de canónigo o de hoja de roble con una vinagreta ligera.

¡Que aproveche!

lunes, 25 de abril de 2011

Empanadillas de bonito




1 lata de bonito en aceite de oliva.
1 pimiento rojo pequeño.
1 pimiento verde pequeño.
1 cebolla.
1 diente de ajo o dos (depende de lo que os guste el ajo).
1 bote pequeño de tomate triturado, o tres tomates naturales triturados.
1 paquete de obleas para empanadillas (yo uso de la marca "La cocinera").
1 cucharada de café de azúcar.
Sal y pimienta.


Para empezar, tenemos que picar muy fina la cebolla, lo podéis hacer con la picadora si no tenéis mucha práctica en cortar.... A continuación lavamos los pimientos y los cortamos por la mitad y les quitamos las pepitas. Los cortamos en tiras de entre 0.5 y un centímetro y después cortamos las tiras para que nos  queden pequeños dados.

Yo, si he comprado un bonito de calidad, utilizo el aceite para sofreír, ya que tiene todo el gusto del bonito. Pero si no, basta con que pongáis tres o cuatro cucharadas de aceite de oliva en la sartén. Empezáis sofriendo un poco la cebolla y cuando empiece a tomar color añadís los pimientos cortados y el ajo picado bien pequeño. Lo debéis sofreír a fuego lento hasta que veáis que la cebolla está completamente hecha y que el pimiento se ha reblandecido, entonces, añadís el bonito desmigado y sazonáis con sal y pimienta. Es conveniente que no pongáis mucha sal, ya que el bonito al freírse acentúa su sabor y os podría resultar demasiado fuerte. Después de 3 o 4 minutos añadís el tomate. Hay que tener en cuenta que no estamos haciendo un sofrito para pasta o arroz y que es mejor que quede más bien seco, para que al hacer las empanadillas no se nos salga jugo del tomate por los laterales. Yo lo voy añadiendo poco a poco hasta que toma una buena textura, pero seguro que no tendréis que gastar más de medio bote de tomate. Añadimos la cucharadita de azúcar y dejamos freír un par de minutos. Apagamos el fuego y dejamos que se enfríe.

Encendemos el horno (arriba y abajo) y lo ponemos a precalentar a 160º (también las podemos hacer fritas...pero son menos sanas y engordan más :-).Sacamos las empanadillas de la nevera y las vamos separando (sin quitar el papel graso). Tomamos una cucharada de postre del relleno y la colocamos en el centro de la oblea. Doblamos la empanadilla de forma simétrica juntando bien los bordes y sin apretar la zona central para que no se salga el relleno. Con las puntas de un tenedor marcamos el contorno, apretando bastante para que quede bien sellada la masa. Repetimos la misma operación con las demás obleas. En principio salen unas 16 empanadillas.

Colocamos las empanadillas, quitándoles el papel en el que vienen, en una placa de horno con papel graso y las pintamos con huevo batido. Os recomiendo pintarlas con un pincel de silicona, que ahora los venden en cualquier "todo a cien" por un par de euros. Las metemos en el centro del horno y las dejamos hasta que estén bien doradas.

Una vez hechas, debéis sacarlas rápido y colocarlas sobre una rejilla para que se enfríen sin humedecerse. Luego las podéis servir solas o con un poco de ensalada, que siempre anima el plato.

¡Que aproveche!